El tipo de entrenamiento más «simple», el que se considera base, es la carrera continua a un ritmo uniforme. Cabe señalar que también existen diferencias muy evidentes entre dos entrenamientos que se basan en carrera continua a un ritmo parejo, las diferencias dependen de la velocidad del ritmo y la distancia recorrida. Dependiendo de la diferencia entre estos elementos, el tipo de entrenamiento y su objetivo cambia sustancialmente.
Veamos por qué.
Durante el ejercicio de larga duración a un ritmo constante, si mantenemos nuestra frecuencia cardíaca por debajo de 120 latidos por minuto, generalmente usamos menos del 50% de oxígeno. Este tipo de marcha, que impide la formación de ácido láctico en los músculos, puede mantenerse durante mucho tiempo, incluso varias horas, si la practica un atleta bien entrenado.
Durante un entrenamiento prolongado con una frecuencia cardíaca entre 120 y 155 latidos por minuto, en cambio, se forma ácido láctico en los músculos, pero con la misma rapidez esta formación se elimina y, por lo tanto, no hay acumulación. También en este caso, un atleta con un buen nivel de entrenamiento podrá seguir corriendo al mismo ritmo durante varias decenas de minutos.
Durante el entrenamiento a largo plazo con una frecuencia cardíaca superior a 155 latidos por minuto, el entrenamiento se produce con la acumulación de ácido láctico en las fibras musculares.
¿Qué sucede en este caso? Si hay una cantidad apreciable de ácido láctico en los músculos, hay aumentos de esas enzimas en las fibras musculares que permiten que esas mismas fibras extraigan una mayor cantidad de oxígeno de la sangre y produzcan una mayor cantidad de ATP aeróbicamente.
Por lo tanto, una carrera continua a un ritmo bastante rápido es esencial para el corredor que quiere correr un maratón.
La carrera más lenta, aquella en la que no hay acumulación de ácido láctico para ser claros, sigue representando un tipo de entrenamiento muy importante para el corredor ya que:
- adapta el sistema musculoesquelético a una carga de trabajo prolongada
- acostumbrarse a las molestias por pérdida de líquidos, agotamiento de azúcares y sales, aumento de la temperatura corporal
- normaliza los músculos.
El entrenamiento del corredor debe incluir, por tanto, una carrera continua a diferentes velocidades que, en función de varios factores (edad, nivel de entrenamiento, etc.) tendrá el predominio de una u otra.
Parece que mencionas que alguien continuó corriendo a diferentes ritmos. Correr a diferentes ritmos durante una sesión de entrenamiento puede ser una estrategia efectiva para mejorar tu resistencia y velocidad. Aquí hay algunos enfoques para correr a diferentes ritmos:
1. Entrenamiento de intervalos: Alterna entre períodos de correr rápido (ritmo elevado) y períodos de recuperación más lenta o caminata. Los intervalos son excelentes para mejorar la velocidad y la resistencia cardiovascular.
2. Carrera progresiva: Comienza tu carrera a un ritmo más lento y gradualmente aumenta la velocidad a medida que avanzas en la sesión. Esto ayuda a preparar tus músculos y mejorar la capacidad de mantener un ritmo rápido incluso cuando estás fatigado.
3. Carrera en fartlek: El término «fartlek» proviene del sueco y significa «juego de velocidad». Durante una carrera de fartlek, cambias de ritmo de manera informal. Puedes aumentar la velocidad durante ciertos tramos de la ruta y luego volver a un ritmo cómodo.
4. Carrera de tempo: Mantén un ritmo constante y moderadamente rápido durante un período sostenido de tiempo. Los entrenamientos de tempo mejoran la resistencia y la capacidad de mantener un ritmo constante durante distancias más largas.
5. Carrera de recuperación: Incluye carreras más cortas y lentas en tus semanas de entrenamiento. Estas carreras ayudan a recuperarse después de entrenamientos intensos y reducen el riesgo de lesiones por sobreentrenamiento.
6. Carrera larga: Aprovecha una carrera semanal más larga para trabajar en la resistencia y la capacidad de mantener un ritmo constante durante distancias mayores.
7. Ritmo de carrera objetivo: Practica correr a tu ritmo objetivo para carreras futuras. Esto te ayuda a familiarizarte con ese ritmo y te prepara para las condiciones de la carrera real.
Es importante variar los ritmos en tus entrenamientos para desafiar tu cuerpo de diferentes maneras y mejorar varios aspectos de tu rendimiento. Consultar con un entrenador o profesional del deporte puede ayudarte a diseñar un plan de entrenamiento que incluya una variedad de ritmos adecuados para tus objetivos y nivel de condición física.
Ultimas Entradas Publicadas

¿Puedes correr todos los días?

Trastorno del corredor: cómo prevenirlos

Carreras de medio fondo: las distancias más habituales y cómo entrenar

El sujetador adecuado para correr

Correr y el cuello uterino – | sobrecargas en los músculos del cuello

Correr y sexualidad

Qué se debe evaluar para una alimentación correcta y saludable

Los mejores geles energéticos: nuestro ranking

Los mejores libros sobre correr
